Una vez más volvemos a hablar del Factor de Impacto Bibliométrico (FIB), tema recurrente en los comités editoriales y en los autores de artículos científicos. Nos guste o no, el factor de impacto bibliométrico o mejor aún, la posición relativa de las revistas en su clasificación correspondiente condiciona a los autores para enviar artículos a ciertas publicaciones. Gaceta Sanitaria no escapa a esta reflexión y por ello tratamos de mejorar nuestra calidad de manera continua, para así atraer los mejores trabajos y mejorar las citas recibidas.
Si analizamos la clasificación del Journal Citation Reports del año 2013 en la categoría de Public, Environmental & Occupational Health, en la que figura Gaceta Sanitaria, vemos que nuestra revista ocupa la posición 103 de 162, un tercer cuartil o segundo tercil (como buenos epidemiólogos sabemos manejar bien los puntos de corte), con un FIB de 1,25. En cualquier caso puede parecer a primera vista una posición modesta, pero no lo es para nada si analizamos el contexto en el que ocupamos dicha posición.
Si nos atenemos a las revistas “nacionales” o “regionales”, es decir, aquellas revistas de Salud Pública de sociedades científicas de países concretos o de regiones concretas (como Escandinavia o Australasia) vemos que Gaceta Sanitaria es la primera revista nacional en lengua no inglesa en cuanto a su posición relativa, lo que es un dato muy relevante. Tenemos por delante algunas revistas inglesas, escandinavas o de Australia-Nueva Zelanda, todas en inglés. Nos sigue muy de cerca la Revista de Saúde Pública (Brasil, posición 107 de 162) y a algo más de distancia Bundesgesundheitsblatt-Gesundheitsforschung-Gesundheitsschutz, que no sé muy bien lo que significa pero que supongo que es la revista alemana de algo. A más distancia hay otras revistas nacionales. La lectura que se puede hacer de estos resultados es que Gaceta Sanitaria (y por extensión SESPAS, su cabecera), goza de muy buena salud como revista de una Sociedad Nacional de Salud Pública. Podría pensarse que esta posición es lógica, al ser el castellano un idioma muy hablado y también muy citado por tanto. Sin embargo, la práctica totalidad de los artículos publicados en Gaceta lo son por autores españoles, que a su vez están citando otros artículos también publicados principalmente por autores españoles (cuando las citas están en castellano). Podríamos decir por tanto que la salud bibliométrica de nuestra revista y de la Salud Pública española se debe sobre todo a contribuciones nacionales.
Sin embargo, la lectura estaría incompleta si no analizamos también las autocitas, es decir, citas a artículos de la propia revista dentro de los artículos publicados en Gaceta Sanitaria. Este aspecto es importante porque en ocasiones los Comités Editoriales pueden tratar de fomentar la autocita o son los propios autores los que al enviar un artículo a la revista incluyen citaciones a la propia revista sabedores de que esto aumentará el FIB. En el caso de Gaceta Sanitaria, el indicador “porcentaje de autocitas en los años utilizados para calcular el FIB”, es del 20%.
En este caso es útil compararse con otras revistas españolas y de Salud Pública con características similares. Cadernos de Saúde Pública tiene un porcentaje de autocitas del 9% y el Bundes-etcétera del 23%. Los porcentajes de autocitas de Archivos de Bronconeumología (tercer cuartil), Revista Española de Cardiología (segundo cuartil), Revista Clínica Española (segundo cuartil), Medicina Clínica (tercer cuartil) y Atención Primaria (tercer cuartil) son, respectivamente, 13%, 43%, 46%, 31% y 36%. Este dato coloca Gaceta Sanitaria en una buena posición, ya que no es tan dependiente como otras de las citas generadas por la propia revista. Finalmente, si analizamos la evolución del porcentaje de autocitas de Gaceta en los últimos años vemos que la tendencia es a la baja, ya que se ha pasado de un 32% en 2009 (año del primer FIB) a un 20% del año 2003.
En resumen, podemos estar satisfechos de los índices bibliométricos que tiene Gaceta Sanitaria en la actualidad, aunque aún queda mucho margen para mejorarlos. Seguiremos trabajando en ello.
Alberto Ruano.
Editor asociado de Gaceta Sanitaria