Debido a la expectación creada por las nuevas tecnologías suele existir una gran preocupación por introducirlas cuanto antes en el sistema sanitario, sin que se cuestione en ocasiones si realmente aportan un mayor valor, con respecto a las previamente disponibles que justifique la inversión. Esto es preocupante, no solo porque la inversión en algo de dudoso valor suponga un coste de oportunidad frente a otras iniciativas en salud, sino también porque no está razonablemente testada su seguridad. Casos, como por ejemplo, la denervación renal en el tratamiento de la hipertensión arterial resistente, que pareciendo a priori una opción terapéutica muy prometedora, posteriormente en ensayos clínicos aleatorizados no logró demostrar superioridad sobre fármacos convencionales (1), alertan sobre la necesidad de ser cautos a la hora sobre lo que debe ser introducido o no en el sistema sanitario.
La obligación del Sistema Nacional de Salud es garantizar que los pacientes tengan un acceso rápido a los mejores tratamientos y cuidados posibles, pero también es velar por la seguridad del paciente, la equidad y la sostenibilidad del sistema sanitario. En este sentido, si bien se reconoce la necesidad de evaluar las tecnologías antes de que estas sean adoptadas, también lo es establecer mecanismos para identificar y priorizar las que podrían tener mayores beneficios para el paciente o sistema sanitario. Tal y como se traslada de la revisión reciente publicada en Gaceta Sanitaria (2), el proceso de selección de prioridades debe ser transparente y estar basado en criterios explícitos y replicables, ya que de otra forma es difícil explicar a la población porque se puede retrasar la evaluación de tecnologías muy novedosas y optar por evaluar otras intervenciones que a priori no tienen tanto atractivo.
La herramienta PriTec (http://www.pritectools.es) adaptada para la priorización de las tecnologías a evaluar en el Sistema Nacional de Salud, cumple con este propósito. La herramienta, desarrollada en base a la citada revisión sistemática (2) y la opinión de todos los agentes claves en la toma de decisión (Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Prestaciones del Sistema Nacional de Salud, Dirección General de Cartera Básica de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia y Comisión de Prestaciones, Aseguramiento y Financiación) permite la selección de opciones sobre la base de la aplicación de 17 criterios, agrupados en cinco dominios (enfermedad/condición clínica, resultados comparados, impacto económico, repercusiones de la implementación, aspectos relativos a la difusión), que han sido ponderados por un grupo multidisciplinar de potenciales usuarios del sistema (gestores, clínicos y pacientes) (3) (figura 1). Tal y como se recoge en la normativa (4, 5), las puntuaciones son otorgadas por la Comisión de Prestaciones en la que están representadas todas las Comunidades Autónomas (CCAA) en base a una ficha de solicitud que recoge la información necesaria para priorizar.
Es importante recalcar que la identificación de tecnologías sanitarias de valor para mejorar los resultados de salud de los pacientes y/o para ayudar a la sostenibilidad de los servicios sanitarios debe ser un objetivo compartido por todos los actores en el sistema sanitario: pacientes, profesionales sanitarios, industria, gestores y autoridades sanitarias. Para que la incorporación de tecnologías sanitarias de valor se pueda realizar de forma rápida es importante identificarlas precozmente pero también que las tecnologías vengan acompañadas, de pruebas válidas y relevantes que faciliten la labor del evaluador y del regulador. Las actividades de asesoría científica efectuadas por las agencias de evaluación de tecnologías sanitarias a la industria, al inicio del diseño de los estudios evaluativos, bajo el nombre de “diálogos tempranos” permitiría acortar los tiempos entre la fase de generación de evidencias, evaluación y aprobación para la financiación pública (6, 7).
A partir de los testimonios aportados por las CCAA y gestores en las últimas Jornadas de la Red de Agencias de Evaluación de Tecnologías, celebradas en Tenerife se desprende que, a pesar de haberse puesto en marcha medidas que muchos estudios estiman cruciales para favorecer el uso de la evaluación de tecnologías en la toma de decisión (marco legal, procedimientos transparentes, disponibilidad pública de informes, etc.) (8, 9), todavía existen áreas de mejora para conseguir una efectiva identificación y transferencia de resultados de evaluación a la práctica clínica. En estas jornadas se citaron como factores limitantes el retraso de los informes, la falta de cultura de evaluación, la falta de conocimientos, la escasa fuerza conclusiva de los informes o la falta de visibilidad (derivada de mecanismos parciales de difusión y diseminación) y comunicación efectiva entre las agencias y los distintos colectivos. Estas barreras ya se habían puesto de manifiesto en un estudio realizado por avalia-t en el 2011 (10). Dicho informe, refería otra, como la ausencia de una adecuada planificación sanitaria en torno al desarrollo tecnológico que lleva a una competencia intercentros y a una introducción de tecnologías basada únicamente en criterios de oportunidad. Además, la dinámica generada por el sistema sanitario en sus relaciones con la industria (con cesiones temporales a los centros de equipos e instrumental de prueba), que fomenta que los profesionales interesados en la rápida introducción recelen de la evaluación. Estudios recientes apuntan a otros como la aceptación y el apoyo de todos los agentes implicados (8).
En este sentido, cabe pensar que es crucial impulsar la formación de los profesionales en el ámbito de “evaluación de tecnologías”, así como buscar formas de colaboración efectivas con la industria, como en el caso de la NICE (11), que tienen un compromiso para el envío de notificaciones. Sería importante también diseñar una mejor estrategia de comunicación con las asociaciones de pacientes y sociedades científicas y gestores, ya que estos son también grandes impulsores de las tecnologías y líderes de opinión. La apertura a los pacientes, cuidadores, usuarios, así como a la industria en las distintas fases del proceso de evaluación, actualmente en marcha (12), se prevé que también pueda contribuir a este objetivo y mejorar el uso y aceptación de los informes de evaluación.
Autores:
Leonor Varela-Lema, Unidade de Asesoramento Científico-Técnico, avalia-t, Axencia Galega do Coñecemento en Saúd (ACIS), Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Prestaciones del Sistema Nacional de Salud, Servizo Galego de Saúde, Santiago de Compostela, España
Rosendo Bugarín González, Unidade de Asesoramento Científico-Técnico, avalia-t, Axencia Galega do Coñecemento en Saúd (ACIS), Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Prestaciones del Sistema Nacional de Salud, Servizo Galego de Saúde, Santiago de Compostela, España
Pedro Guillermo Serrano Aguilar, Servicio de Planificación y Evaluación del Servicio Canario de Salud (SECS), Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Prestaciones del Sistema Nacional de Salud, Red de Investigación en servicios de salud en enfermedades crónicas (Redissec), Gobierno de Canarias, Tenerife, España
Celia Juárez Rojo, Subdirección General de Calidad e Innovación, Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Prestaciones del Sistema Nacional de Salud, Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Madrid, España
BIBLIOGRAFÍA
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- Varela-Lema L, Atienza-Merino G, Lopez-Garcia M. [Priority setting of health interventions. Review of criteria, approaches and role of assessment agencies]. Gac Sanit. 2017 Jul – Aug;31(4):349-57. PubMed PMID: 28057389.
- Varela Lema L. Mejora en la detección y priorización de necesidades de evaluación de las tecnologías sanitarias en el Sistema Nacional de Salud. Procedimiento operativo y resultados. Jornadas Científico-Técnicas abiertas de la RedETS. Tenerife, 16-17 de Noviembre 2017. . 2017.
- Orden SCO/3422/2007, de 21 de noviembre, por la que se desarrolla el procedimiento de actualización de la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud. Boletín Oficial del Estado, nº 285, (28 de noviembre de 2007).
- Real Decreto 1030/2006, de 15 de septiembre, por el que se establece la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud y el procedimiento para su actualización. Boletín Oficial del Estado, nº 222, (16 de septiembre de 2006).
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