La crisis de la COVID-19 no solo ha tenido un enorme impacto en la economía y en el ámbito de la salud, sino que ha aumentado el tiempo que los ciudadanos pasan en las redes sociales. Este escenario junto a la desconfianza de la población en las fuentes oficiales ha facilitado la exposición a una avalancha de información sanitaria que no siempre es fácil de contrastar.
Es conocido que un 61% de la población española busca información de salud a internet (1), priorizando los buscadores como Google y Yahoo (85%) frente a las páginas sobre salud (21%) y las redes sociales (11%). La complejidad de la información en salud y alimentación hace que sea difícil abordarla en una escalera de blanco y negro en el entorno digital de la inmediatez. Mientras que la difusión de la información en salud falsa o con poca base científica se ha estudiado en diferentes ámbitos como el de las vacunas (2) y el cáncer (3), se desconoce la exposición de la población española a los bulos sobre la COVID-19.
Un estudio reciente de Gaceta Sanitaria ha estudiado los bulos difundidos por WhatsApp en España durante el confinamiento por la COVID-19
Carolina Moreno-Castro y colaboradores han llevado a cabo una investigación participativa (4) como parte del proyecto NoRumourHealth en la que, desde marzo hasta abril de 2020, 236 personas enviaron de forma voluntaria diferentes contenidos (audios, imágenes, cadenas de texto y vídeos) a un número de teléfono habilitado para tal fin. Los criterios de inclusión eran que se tratara de bulos verificados a través de la metodología de verificación de la plataforma online de detección de información falsa Maldita.es y relacionados con la prevención o curación de la COVID-19.
En una segunda fase, de los 584 bulos recibidos se seleccionó una submuestra de 126 bulos para el análisis de contenido.
Uno de cada cinco bulos recibidos por WhatsApp durante el confinamiento por la COVID-19 ha sido sobre el uso de sustancias de origen natural o sintético para prevenir o curar el coronavirus
Un 62,7% de las personas que participaron se identificaron como médicos, científicos, personal sanitario, políticos o autoridades sanitarias y el 45,2% de los participantes fueron hombres. La mayor parte de los bulos que se recibieron fueron en forma de cadenas de texto (39%) y vídeos (30%).
El foco temático mayoritario de los bulos fue la prevención o la curación de la COVID-19 a través de los enfoques clásicos para combatir las infecciones respiratorias y potenciar el sistema inmunitario. Mientras que el 61,5% de los bulos promovieron la ingesta de alguna sustancia de origen natural (como el ajo y limón) o sintético (como los antimaláricos cloroquina e hidroxicloroquina y tomar paracetamol) para prevenir o curar la COVID-19, el 38,5% de los bulos recomendaban realizar una acción concreta (como no tomar alimentos o bebidas frías y hacer pruebas caseras para comprobar la capacidad respiratoria). La mayoría de los bulos difundidos utilizaron un lenguaje sin tecnicismos y no desacreditaron a las fuentes oficiales.
Algunas limitaciones del estudio son la muestra de conveniencia empleada (no es representativa de toda la población española), una ausencia del seguimiento de la propagación de los bulos y no emplear herramientas validadas de análisis de la calidad del contenido.
Cómo luchar frente a la propagación de bulos en tiempos de la COVID-19
Los resultados de este estudio exploratorio ponen de manifiesto la alta exposición de la población española a un elevado consumo de información no contrastada sobre la prevención y la curación de la COVID-19.
Aunque es difícil controlar la propagación de información masiva sobre la COVID-19, sí que se puede incidir en su consumo responsable para evitar que la difusión de los bulos se convierta en una amenaza para la salud pública:
- Difundir la idea de que cuando te llega una información sobre un tema del que no estás seguro si es verdad, mejor no compartirla.
- Mantener una actitud escéptica ante cualquier información sobre salud y alimentación que te llegue a través de las redes sociales y que parezca demasiado buena para ser verdad.
- Educar a la población general y a los profesionales sanitarios en competencias digitales (5): alfabetización en salud digital, gestión eficaz de la información científico-sanitaria, comunicación sanitaria 2.0, creación de contenido digital científico-sanitario y trabajo colaborativo en red con equipos de salud.
Referencias
- Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la SI (ONTSI). Los ciudadanos ante la e-Sanidad. Opiniones y expectativas de los ciudadanos sobre el uso y aplicación de las TIC en el ámbito sanitario. Abril 2016 [citado el 10 de diciembre de 2020]. En: Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la SI. Estudios e informes [Internet]. Disponible en: https://www.ontsi.red.es/es/estudios-e-informes/Sanidad/Los-ciudadanos-ante-la-e-Sanidad-Opiniones-y-expectativas-de-los
- Ghezzi P, Bannister PG, Casino G, Catalani A, Goldman M, Morley J, et al. Online information of vaccines: information quality, not only privacy, is an ethical responsibility of search engines. Front Med (Lausanne). 2020; 7:400. doi: 10.3389/fmed.2020.00400
- Domínguez M, Sapiña L. From sweeteners to cell phones-Cancer myths and beliefs among journalism undergraduates. Eur J Cancer Care (Engl). 2020; 29(1):e13180. doi: 10.1111/ecc.13180
- Moreno-Castro C, Vengut-Climent E, Cano-Orón L, Mendoza-Poudereux I. Estudio exploratorio de los bulos difundidos por WhatsApp en España para prevenir o curar la COVID-19. Gac Sanit. 2020. doi: 10.1016/j.gaceta.2020.07.008
- Montero Delgado JA, Merino Alonso FJ, Monte Boquet E, Ávila de Tomás JF, Cepeda Díez JM. Competencias digitales clave de los profesionales sanitarios. Educ Med. 2020; 21(5):338-244. doi: 10.1016/j.edumed.2019.02.010
Andreu Prados-Bo farmacéutico, dietista-nutricionista y profesor de la Facultad de Ciencias de la Salud Blanquerna de la Universidad Ramon Llull y de la Universitat Oberta de Catalunya e investigador del Observatorio de Comunicación Científica de la Universidad Pompeu Fabra.